La criminología ha evolucionado en la historia y ha logrado convertirse en una disciplina como tal, ha crecido y desarrollado de múltiples recursos de disciplinas variadas hasta convertirse en una integración de diversas teorías.
Las razones que tratan de explicar el crimen y los comportamientos desviados ha reflejado el tiempo en que la investigación se estaba llevando a cabo y de qué manera sigue cambiando, más teorías surgirán para incorporar las teorías pasadas para que ésta sea cada vez más inclusiva. Es importante comprender este desarrollo a partir de la formulación de teorías, la evolución de los factores determinantes en las pruebas, un proceso particular como el aprendizaje social que se mantienen como teorías empíricamente sólidas para que los investigadores sigan avanzando en sus estudios. Es improbable que el crimen sea resuelto por completo, sin embargo, se puede esperar que con el conocimiento obtenido hasta ahora y que para ser descubierto el delito y la desviación puedan ser reducidos, prevenidos y controlados en el futuro porvenir.
Una teoría es básicamente una manera de describir la esencia de las cosas. Implica cuidadosa consideración sobre qué, cómo y por qué las cosas llegan a ser, cómo funcionan y cualquier interrelación compartida entre otras realidades humanas. Las teorías tratan de explicar lo que el observador observa a través de un examen minucioso y una reflexiva contemplación sobre algunos asuntos simples y otros más complejos (Akers, & Sellers, 2013). Hay una diferencia clara entre las ideas, los pensamientos y las teorías científicas y el componente esencial es lo que C. Wright Mills llama la imaginación sociológica (1959). Es importante que el pensamiento intelectual pase de la experiencia individual a un punto de vista social, cambiando la perspectiva de interna a externa, convirtiéndose en el observador de las estructuras sociales que nos rodean y cómo interactúa (Mills, 1959). El uso de la imaginación sociológica es precisamente lo que los criminólogos tratan de hacer cuando especulan sobre "situaciones de la vida real, sentimientos, experiencia y comportamiento humano" utilizando el conocimiento disponible y considerando nuevas formas de explicar los fenómenos (Akers, & Sellers, 2013, p.1).
La criminología surgió de la comunidad científica social a lo largo del año y, desde entonces, ha entrado en su propia disciplina, examina todo el proceso de legislar, romper la ley y hacer cumplir la ley (Akers & Sellers, 2013). La criminología busca descubrir la profundidad del crimen en los niveles micro y macro, desde las características biológicas y psicológicas naturales del individuo, la consolidación de las instituciones sociales y estructurales, hasta la política, la prevención y el control.
Lo más importante es que las teorías deben ser claras y comprensibles para que puedan ser probadas, de lo contrario serán socavadas e incapaces de enfrentarse a la práctica. Se espera que las teorías pasen ciertos requisitos previos establecidos en la ciencia, esto es, consistencia lógica, alcance y parsimonia. O, en otras palabras, una teoría debe estar claramente definida, incorporar un alcance inclusivo, pero se explica con un razonamiento limitado. Una teoría es mejor si puede evitar ser de naturaleza tautológica, aunque a veces es inevitable, sin embargo, una teoría con validez empírica y fiabilidad es en lo que la comunidad científica se basa para la determinación del valor global de las teorías. Después de todo, la última razón que el científico teoriza es resolver el rompecabezas o, al menos realzar la experiencia humana y por lo tanto incorporar hallazgos válidos en la estructura del mundo real.
Por ejemplo, 1974 Robert Martison publicó sus conclusiones sobre lo que funcionó en lo que respecta al sistema penal (Pratt, Gau, & Franklin, 2011). Como resultado, la sociedad abandonó los enfoques de rehabilitación y avanzó hacia un enfoque más punitivo (Pratt et al., 2011). Sus teorías, por la mayoría de los estándares no validados, sin embargo, atraparon y cambiaron las instituciones correccionales, muchas de las cuales son todavía prácticas generales (Pratt et al., 2011). Este es un excelente ejemplo de por qué, al igual que cualquier otro campo científico, la teoría criminológica sigue y se adhiere a la misma metodología. Las teorías del crimen y del comportamiento criminal se han basado en el establecimiento criminal desde su inicio, desde los métodos policiales, los procedimientos de castigo hasta las instalaciones preventivas y de tratamiento, y continúan respondiendo fuertemente hoy.
Besselaar y Heimeriks (2001) retratan la disciplina como un cuerpo de conocimiento, en el que uno se especializa. Las organizaciones de aprendizaje rutinario, tales como escuelas y universidades, organizan sistemáticamente diferentes áreas de conocimiento en varias formas de disciplinas, como artes liberales, ciencia, matemáticas, etc. A menudo el conocimiento del tiempo de algo se superpone a otros modos de estudios conocidos como multidisciplinarios en los que el investigador mantiene su experiencia pero utiliza métodos y perspectivas de uno o más campos interdisciplinarios, por otro lado, "crea su propia identidad teórica, conceptual y metodológica" a través de la fusión de varias disciplinas en una sola (Besselaar, & Heimeriks, 2001). La progresión e integración de los conceptos teóricos puede ser mejor demostrada a través de la evolución de la propia criminología. Cómo podemos ver, las teorías son empíricamente comprobables y pueden avanzar proporcionándonos una comprensión más profunda de quiénes somos explicando nuestras acciones, sentimientos y experiencia. Pero para llegar realmente a una comprensión profunda de la experiencia humana se puede argumentar que un enfoque multidisciplinario no será suficiente, que ningún campo de estudio puede tratar de explicar la naturaleza inclusiva de la condición humana, que es necesario un alcance mayor (Akers, & Seller, s 2013; Besselaar, & Heimeriks, 2001).
Antes de que la criminología se convirtiera en un sujeto especializado por sí mismo, pasaría por múltiples disciplinas. Por ejemplo, la escuela clásica de pensamiento comenzó bajo Césare Beccaria a principios de 1800, una época profundamente arraigada en el contexto espiritual y religioso. Se pensaba que el hombre tenía libre albedrío y por lo tanto hacía elecciones racionales. La desviación era a menudo considerada como el resultado de la posesión del mal, ésta escuela de pensamiento estaba fundada en la doctrina religiosa y por lo tanto gobernada por la disciplina del teísmo (Lilly et al., 2011). La naturaleza bárbara de cómo se trató a los criminales llevó a Beccaria a implementar cambios en los procesos criminales, centrándose principalmente en el aspecto procesal que sería responsable de muchas de las implementaciones que se llevaron a cabo en el control del delito establecidas en sus tres principios de severidad, castigos (Lilly et al., 2011).
Referencias
Akers, R. & Sellers, C. (2013). Criminological Theories: introduction and evaluation. Los Angeles, CA.
Akers, Ronald L. (1990). Rational choice, deterrence, and social learning
theory in criminology: the path not taken. Journal of Criminal Law and Criminology, 81 (3). 653-676.
Besselaar, P., & Heimeriks, G. (2001). Disciplinary, multidisciplinary, interdisciplinary - concepts and indicators. Social Science Informatics Program. Retrieved April 15, 2014, from http://hcs.science.uva.nl/usr/peter/publications
Cochran, J. K., Wood, P. B., & Arneklev, B. J. (1994). Is the religiosity-delinquency relationship spurious? A Test Of Arousal And Social Control Theories. Journal of Research in Crime and Delinquency, 31(1), 92-123.
Jacoby, J. (2012). Classics of Criminology. Prospects Hts., IL: Waveland Press.
Lavoie, F., Hebert, M., Tremblay, R., Vitaro, F., Vezina, L., & Mcduff, P. (2002). History of family dysfunction and perpetration of dating violence by adolescent boys: a longitudinal study. Journal of Adolescent Health, 30(5), 375-383.
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