Desde tiempos inmemorables la sociedad ha desarrollado medios de reacción ante un agente externo que perturbe su tranquilidad, o su entorno, más aún cuando este, de forma violenta agrede sus diferentes círculos sociales, personales y afectivos.
Tomando como punto de partida lo anterior, se pude hace la mención que en la época de Jesucristo se dieron eventos en contra de personas que alteraban el orden público o transgredían ciertas normas sociales, tal caso fue el caso en donde se apedreaba a una mujer por ciertas actividades que iban en contra de la norma, otro ejemplo es la quema de brujas en la época del oscurantismo, en ocasiones solo por ignorancia y de igual modo una expresión de ir en contra de la norma social. Sin embargo, las épocas y los tiempos han cambiado y los hechos apuntan que este tipo de actos siguen sucediendo de manera reiterada por ir en contra de la norma social o por la transgresión a ciertos derechos que se cubren en el lapso, como lo son los linchamientos.
Un linchamiento es según la RAE “Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo”, con dicho termino podemos observar el claro desarrollo de estos eventos en diversas épocas. Si embargo por ello surge la pregunta, ¿actualmente por qué se dan este tipo de eventos?. Hoy en día es más claro, que el sistema de justicia y las formas de seguridad pública no son eficientes desde hace décadas, el termino de seguridad pública ha decaído del vocabulario público, dada la falta de confianza en los cuerpos de seguridad, aunado a ello el aumento de conductas antisociales que afectan directamente a los ciudadanos, (robo de pertenencias, robo de niños, violaciones, secuestros, entre otros) son los que menos se denuncian pero que mayor impacto tienen en el desarrollo de una comunidad, por ello como un resultado a un agente externos se presenta la reacción de hacer justicia por propia mano por medio de un linchamiento, dentro de este contexto se han dado casos actuales donde las comunidades han hecho este tipo de acciones como una forma de contribuir a la seguridad pública o por lo menos han tomado el “poder” que el estado ha dejado de ejercer para con la sociedad y la protección de sus bienes y persona.
En semana pasadas a la presenta fecha y dentro de la situación actual de México, se puede observar que los estados que más han presentan este tipo de actos son los estados de Hidalgo y Puebla, pero ¿qué evidencian el desarrollo de estas acciones?, como bien lo menciona Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión de los Derechos Humanos (CNDH), “deben corregirse las debilidades institucionales en impartición de justicia”. Esto denota la verdadera falta de un estado donde el cuidado se sienta seguro y que no recurra a los linchamientos como medio de reacción social y que evidencia el ejercicio de poder sobre los intereses públicos al no recibir lo que por derecho institucional debería de tener, “seguridad”. Conocer cuáles son realmente los motivantes que hacen que el colectivo social, comience a reaccionar de una forma que es violenta es en sí misma, es importante al identificar qué es la única situación adecuada que ha frenado en alguna medida el continuo abuso de terceras personas sobre sus bienes y su persona.
Por último, si bien el hecho de un linchamiento es un acto violento que transgrede los derechos de una persona, es de interés común lo siguiente, donde no se maneja un concepto de seguridad pública, y no se cuentan con medios preventivos a los delitos, ¿en qué punto el victimario pasa a ser la víctima?, o simplemente ¿todos son víctimas un mal desarrollo social?
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