La ansiedad puede definirse como la respuesta del organismo a un estímulo estresante. Desencadena una reacción que activa el sistema nervioso, para responder a dicho estímulo mediante la lucha, la fuga o la inhibición conductual. La ansiedad responde ante estímulos nuevos, intensos o amenazantes.
La ansiedad normal es adaptativa y permite al sujeto responder al estímulo de forma adecuada. En cambio la ansiedad patológica es cuando el estímulo supera la capacidad de adaptación de respuesta del organismo y aparece una respuesta no adaptativa.
Diferencias entre Ansiedad normal y Ansiedad Patológica:
Ansiedad normal
Ante un estímulo real o potencial (No imaginario o no existente)
La reacción debe ser proporcional cualitativa y cuantitativamente (tiempo, duración e intensidad)
Debe ser adaptativa
Ansiedad patológica
Spielberger (1972) “Es un estado emocional displacentero, caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión, aprensión o preocupación y por activación del sistema nervioso autónomo.”
Asociación Psiquiátrica Americana (APA), (1975)“La define como aprensión, tensión o dificultad que surge por la anticipación de un peligro cuya fuente es desconocida.”
DSM-IV-TR (2001) “Es la anticipación aprensiva de un futuro peligro o adversidad, acompañada por un sentimiento de disforia o síntomas somáticos de tensión. El foco del peligro anticipado puede ser interno o externo.”
La ansiedad no siempre es patológica. Contrariamente, constituye una emoción sana y normal en muchas situaciones, cuando hay algún peligro, cuando nos encontramos en riesgo, entonces el cerebro dispara un conjunto de mecanismos defensivos orientados a preservar nuestra integridad. La experiencia subjetiva emocional de tal reacción defensiva es lo que sentimos como ansiedad o miedo.
En su carácter desagradable también radica parte de su valor adaptativo: queremos poner fin a la ansiedad y, para ello, debemos salir de la situación peligrosa en la cual nos encontramos. Ahora bien, también sabemos que la ansiedad es una de las emociones más ligadas a la psicopatología; acarreando mucho sufrimiento y malestar.
La ansiedad patológica es exagerada respecto de la amenaza objetiva que la dispara, manifestándose con síntomas de activación que preparan al organismo para una acción de defensiva frente a un peligro que no existe.
En el plano cognitivo, se presentan pensamientos específicos que sobrevaloran el riesgo, ellos suelen adaptar forma de preocupaciones más o menos puntuales según el caso.
En el plano fisiológico, se incrementa la activación de la rama simpática del Sistema Nervioso Autónomo, generándose reacciones como: taquicardia, sudoración, tensión muscular, etc.
En el sistema motor, se producen respuestas de evitación y escape, lo cual lleva a abandonar los entornos disparadores de ansiedad o a soportarlos con mucho malestar.
Siendo un estado de ánimo negativo, se caracteriza por síntomas corporales de tensión física y aprensión respecto al futuro, en cuanto al miedo, es importante hacer una pequeña diferenciación, ya que es muy común que se les confunda; de tal forma, el miedo es una reacción emocional inmediata ante un peligro actual, que se caracteriza por fuertes tendencias escapistas y, con frecuencia, por un impulso en la rama simpática del SNA. Entonces la ansiedad es un estado de amenaza futura, y el miedo es un estado de amenaza actual.
Algunas de las características físicas que presentan las personas con ansiedad; tensión muscular, respiración agitada, taquicardia, ataques de pánico, palpitaciones, dolores de pecho, mareos o vértigo, náuseas, problemas estomacales, sofocos o calosfríos, sensación de asfixia o falta de aire, hormigueo o entumecimiento, estremecimientos o temblores, transpiración exagerada, diarrea o necesidad frecuente de orinar, dolor de cabeza, resequedad en la boca o dificultad para deglutir, cansancio y agotamiento, hiperventilación, visión borrosa, disfunción eréctil, insomnio y Anorgasmia femenina.
Tipo de relaciones y entorno en el que creció la víctima de ansiedad
Intervienen factores genéticos (hereditarios y familiares), neurobiológicos (áreas de cerebro y sustancias orgánicas), psicológicas, sociales y culturales. La persona con ansiedad se relaciona ante factores de vulnerabilidad familiar, ambiental, evolutiva y temperamental, y socioculturales.
Principalmente, una persona se ha visto relacionada en un factor familiar de vulnerabilidad donde se mencionan ciertos estilos de crianza (por ejemplo, la sobreprotección excesiva, el control y la intromisión), el abandono, el escaso contacto con las situaciones sociales y el modelado. Otro factor importante dentro de los estilos de crianza inadecuados es la concesión de pocas oportunidades de exposición y de práctica en los encuentros sociales. Esto llevaría a los sentimientos de ineficacia por falta de familiaridad, sin poder hacer frente o actuar en dichos encuentros, pudiendo valorarlos como misteriosos, difíciles y complejos.
En esta línea, las personas ansiosas informan que sus padres fueron sobreprotectores y carentes de afecto e incapaces de proporcionar apoyo emocional. Además estos padres estarían continuamente preocupados e influidos por la opinión de gente que fomenta menos la sociabilidad familiar y emplea a menudo la vergüenza como un procedimiento de control de disciplina, evitando con frecuencia las situaciones sociales.
La ausencia del soporte emocional en las relaciones entre padres e hijos, las tendencias prenatales de restante significado e importancia a las opiniones de los demás, las prácticas parentales perjudiciales, tales como la sobreprotección y la disciplina punitiva, son entornos donde una persona ansiosa se ha desarrollado.
En las sociedades modernas son factores estresantes muy característicos productores de ansiedad: el miedo a perder el trabajo, a no ser aceptado socialmente, a no cumplir las expectativas impuestas, enfrentarse a exámenes, enfermedades físicas, especialmente las relacionadas con desajustes de hormonas tiroideas y las cardiovasculares, el consumo de sustancias (tabaco, alcohol, drogas). No olvidemos que la ingesta de algunos medicamentos incluyen la aparición de ansiedad entre el listado de sus potenciales efectos secundarios.
Características psicológicas de una persona con ansiedad
Inquietud, sensación de vacío, agobio, temor a perder el control, sensación de amenaza y peligro, recelos, inseguridad, sospechas, incertidumbres, dificultad para tomar decisiones, En casos extremos, temor a la muerte, a la locura, depresión y pensamientos suicidas.
Consecuencias que marcan a la víctima de ansiedad a futuro
La ansiedad no produce lesiones en el corazón ni arroja a las personas a la locura. Sin embargo, la ansiedad sí puede generar sentimientos de infelicidad, depresión, alteraciones del sueño, deterioro de las relaciones familiares, consumo de sustancias tóxicas, entre otros desajustes psicológicos. Por ello es muy importante aprender a controlarla. Lo primero de todo es impedir que el trastorno de ansiedad siga creciendo y ocupando más espacio en la vida de la persona y provocando cambios bruscos de humor.
1.Trastorno de Ansiedad Social; Se caracteriza por una fuerte sensación de temor y nerviosismo en situaciones sociales o cuando la persona se cree el centro de atención. Tendencia a evadirse de situaciones sociales.
Sonrojo, sudoración, latidos violentos, voz temblorosa, temblores motores, náuseas, diarrea.
2. Trastorno de Pánico; Sensación súbita de miedo y temor intenso que sucede sin causa aparente. Es el conocido “ataque de pánico”.
Latidos violentos, dolor de pecho, sensación de falta de aliento, sensación de mareo, cosquilleo o adormecimiento, sofocos o escalofríos, náuseas, sensación de asfixia.
3. Trastorno de ansiedad Generalizada; Este es un trastorno que suele comenzar en la niñez o en la adolescencia y puede ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas físicos lo asemejan a otras enfermedades características de estas etapas.
4. Trastorno Obsesivo Compulsivo; Pensamientos recurrentes, a menudo perturbadores, que pueden provocar conductas (compulsiones) que aparentemente no se pueden detener ni controlar.
5. Trastorno por estrés postraumático; Recuerdos vividos y atemorizantes, pesadillas de un evento traumático. Estos eventos dolorosos suelen ser consecuencia de maltrato o abuso infantil, agresiones físicas, violencia de género, accidentes graves, perdidas de seres queridos de forma violenta, etc.
REFERENCIAS
· American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4th ed.). Washington, DC: Author
· Revista Mal Estar e Subjetividade versão On-line ISSN 2175-3644 Rev. Mal-Estar Subj. v.6 n.2 Fortaleza set. 2006
· DSM-IV-TR (2001) Trastornos de ansiedad
· Spielberger 1972 ansiedad.
Comments