ARGENTINA.- Gabriela Galeano, de 35 años, mató a palazos al presunto violador de su hija de cuatro años, que también era su concubino. El martes, ella había denunciando la agresión sexual ante la justicia, pero su reclamo fue desestimado por falta de pruebas. Este miércoles decidió hacer justicia por mano propia.
Según Infobae, Galeano y Ángel Romero (42) convivían en una casa de la zona rural de Gobernador Castro, en el municipio de San Pedro, Provincia de Buenos Aires (Argentina). Ellos se conocían hacía tiempo y mantenían una estrecha relación de amistad.
Los dos eran trabajadores rurales y solían confiarse algunas tareas de la vida cotidiana. La mujer es madre de una niña de cuatro años que a veces Romero se encargaba de llevar al kinder.
Todo marchaba con tranquilidad hasta que, este martes, algo ocurrió.
Galeano se presentó ante la comisaría de su jurisdicción denunciando que Romero había manoseado a su hija: “O lo meten preso o lo mato yo”. La fiscalía ordenó las pericias correspondientes, sin embargo, pronto su denuncia fue desestimada al constatarse que la menor no presentaba ninguna lesión que acredite haber sido violada.
En este lapso de tiempo, Romero abandonó la casa que compartían y se mudó hacia una pensión del mismo municipio.
Galeano, ante la disconformidad con la conclusión de la justicia, se dirigió hacia la pensión con un palo en la mano y -junto a un grupo de vecinos- lo lincharon y lo hirieron de gravedad, de acuerdo con un testigo que habló con el medio argentino Infobae.
La policía se presentó rápidamente en el lugar y aprehendieron a la enfurecida madre en el momento. “Le pegué porque violó a mi hija“, confesó Galeano ante la policía cuando fue interrogada.
Las autoridades dejaron ir a Romero luego de que este les dijo que se encontraba bien y que no necesitaba atención médica. Sin embargo, fue hallado 3 horas después tirado en una zanja con una aparente fractura de cráneo.
De inmediato fue trasladado al cercano Hospital Emilio Ruffa, donde finalmente falleció producto de un paro cardiorespiratorio.
Mientras la causa de abuso hacia la menor continúa siendo investigada, Galeano ahora enfrenta una condena por homicidio premeditado con la participación de dos o más personas que continúan prófugas.
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